Bolsilibros Yeray 06 (Terror)

Me he leído de un tirón los dos bolsilibros incluidos en este volumen de chocante portada (a pesar de la pereza que me dan los libros largos…). Este Bolsilibros Yeray 06 (Terror) tiene como hilo conductor el tema de los libros malditos, robados, demoníacos, etc… (confieso falta de objetividad pues es un tema con el que conecto de inmediato) e incluye, además de las dos novelitas principales, un interesante prólogo de Carlos Díaz Maroto y un relato corto de Miguel Ángel Naharro.

Bolsilibros Yeray 06 (Terror): Grimorio

Grimorio de Carlos Díaz Maroto es el primer bolsilibro incluido. Es una obra que logra mantener constantes el interés y la curiosidad del lector, a lo largo de una línea ascendente que parte del ámbito cotidiano, en apariencia neutro, pero que avanza y se complica en un crescendo implacable hasta alcanzar proporciones cósmicas. Todo el repertorio de situaciones, desde las escenas de la vida diaria hasta el apoteosis final, pasando por las extrañas presencias, las apariciones, los fenómenos psíquicos, lo sangriento, la posesión, los cultos sobrenaturales… todo ello está desarrollado con solvencia y acierto, y va conduciendo hacia adelante al lector mediante una tensión que no decae hasta la última página.

Díaz Maroto se vale de un lenguaje sólido, sobrio, atento a lo pequeño, minucioso en el detalle de objetos, movimientos, acciones, situaciones. Con lo cual se acentúa la verosimilitud del mundo presentado, base de la que surgen luego con mayor eficacia lo misterioso y lo fantástico.

El ladrón de novelas y el mundo borgiano

El ladrón de novelas de Cameron Crane (Marco Eugenio Sánchez Arrate), parte de un original planteamiento -el sugerido por su título-; está ambientada en el mundillo -inquietante- de los escritores; y se desarrolla con un regusto a Borges (a veces también a Juan José Millás, en los intercambios de identidad y autoría…). Hecho particular es que un célebre relato borgiano está plenamente integrado en la novelita y podemos incluso visualizar in situ detalles de dicho texto.

Crane llega a plantear una creativa reinterpretación, en términos esotéricos y cabalísticos, del cuento de Borges, dotándolo de una dimensión misteriosa (queda en el aire, nos da la impresión, una eventual continuidad de las peripecias en dicho universo). Todo esto mantiene muy pendiente al lector, en especial durante las primeras tres cuartas partes del bolsilibro. El estilo literario está dotado de cierta elegancia y sutileza, que llevan en volandas al lector a través de la historia hasta las explicaciones finales.

En resumen, y retomo lo dicho al principio, el volumen se degusta de una sentada. La unidad del libro en torno a su tema específico se da con acierto y la doble experiencia bolsilibresca para el lector no deja nada que desear.

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